Line of the day: La deshonra y la esperanza

El gobierno achica agua sobre Plus Ultra. No al completo. Unos abandonan antes de desaparecer. Y el presidente vuelve a ponerse a salvo. Siempre en el extremo más próximo al hundimiento. Un picado en descenso le hará aparecer como gran capitán poderoso que remanga sus pantalones sobre el lodo. Solo un grado superlativo de compromiso con el chavismo puede llevar a los líderes de la propaganda a hacerse el más inquietante haraquiri. 

La asunción de ese cáncer latino es ya descarada. Lo sufre la España real, en la que los muertos ya superan de nuevo los 350 diarios pero el gran circo prefiere taparlos. En la que la acogida de turistas internacionales es digna de celebración, mientras que las restricciones locales son tan pueriles como desesperantes. En la que un ministro justifica de fiesta en Ibiza las expropiaciones insultando a la solidaridad. En la que una ministra se burla entre aplausos de la vida de los diferentes más valiosos; los mismos aplausos que han aprobado la dolorosa muerte legal. 

En esta España real, se ha instalado definitivamente el comunismo. Y solo los verdaderos creyentes y firmes defensores de la libertad pueden contenerlo y exterminarlo. De lo contrario, arrasará a su paso. Dará la oportunidad de la renuncia. Y avanzará sin piedad, envuelto en la voz modulada de los farsantes. 

Una buena parte de la sociedad española continúa aferrada a la falacia de que el socialismo resucitado superó su origen y sus atrocidades. No es cierto. Ni lo fue en la antesala de aquel marzo de la infamia. Ni lo es, por supuesto, ahora. Solo se disfrazó temporalmente de felipismo. Y el personaje duró hasta que cayó la tramoya. Y descubrimos las atrocidades que escondía. 

Se esfuerzan en disfrazar la deshonra para mantener el poder a costa de la hipnosis. Pero no pueden ocultar la esperanza. Hoy ha muerto un hombre que abrazó una enfermedad agónica con una insultante alegría. Y con una fe inquebrantable. Contagió la verdadera confianza a través de la ventana que su mujer abrió a todos en Instagram. Cinco hijos tienen desde hoy a un padre en el cielo. Hay demasiados motivos para pelear sin descanso por el bien y la libertad. Por tanto. Por tantos. 

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