Son las dos palabras hoy sobre la mesa. Asociadas al socialismo, son como el agua y el aceite. Aunque la ministra portavoz no tenga clara la disociación. A saber, Bruselas ha pedido coherencia al gobierno en su permisividad en la recepción de turistas extranjeros en las islas respecto a las restricciones arbitrarias y aleatorias que continúan imponiendo las comunidades autónomas, sin el mínimo respaldo por parte del Ejecutivo central. Y, sin vacunas. Definitivamente, Sánchez vive en una ficción más alejada aún de la realidad que el guión chavista de su todavía vicepresidente. Y en la calle, la muerte sigue campando a sus anchas. Solo un presidente fuera de sus cabales abre el turismo internacional sin medidas ante la cuarta ola que comienzan a sufrir los territorios con hojas de ruta de papel de fumar.
Dignidad le ha pedido Ábalos a Ciudadanos para romper el pacto de gobierno en Castilla y León. Escucharlo produce estupor. Leerlo muestra que el estado de devastación de nuestra democracia que está consolidando el PSOE es realmente preocupante. Precisamente Ábalos, mayordomo de Sánchez. Amante del chavismo, perseguidor de la propiedad privada y muñidor de pactos con los destructores de la nación. Quizá tampoco aquí le resulte sencilla a María Jesús Montero la identificación persona-mensaje-acción. Sencillo le resultó al ministro planificar con dinero público un viaje a Canarias. La más nimia de sus fechorías, por otro lado. Por todas y cada una de ellas debería dar explicaciones reales y marcharse. Lo haría si hubiese realmente oposición.
Nos gobiernan adalides de la destrucción. Y los llamados teóricamente a construir un proyecto alternativo se esfuerzan en degradar la democracia interna mientras las ansias de fuga de sus socios. Y, sin freno, la economía de las familias y de las empresas continúa hundiéndose. La batalla de Madrid es el escenario real de lo que se juega España. O mal menor. O debacle. Solo los españoles pueden mantener la coherencia y la dignidad de la nación. Que es la suya propia. Soberanos. Y hoy asediados.