Line of the day: Mar muerto

El experto en mociones pantanosas ha perdido la última. O la penúltima. Sánchez inventaba el enésimo escenario de propaganda para continuar tapando muertos y falta de vacunas y ayudas a la Venezuela de la que el ministro de Fomento es mero portador de maletas. Lo hacía dibujando un océano que ha quedado en un mar menor. Muy menor.

La hoja de ruta totalitaria de Sánchez caducará cuando colapse la economía, ante la que Calviño solo es capaz de balbucear. No teme por su puesto, como Iglesias. Por eso convive con otras vicepresidentas. Las cuatro hacen los coros al príncipe de la mentira, que morirá con su coherencia mortífera. Como a quienes decidirá aplicar la muerte súbita. Y los que haremos santos súbitos, junto a los 30.000 que forzaron a encerrar y a apagar la luz en residencias en el último año. 

No hay ironía que calme el dolor y la miseria que provoca este gobierno. Como tampoco hay alternativa que pueda vencerle. Por eso Sánchez se chotea bajo la mascarilla en la sesión de control a la que le apetece ir. Vivir en permanente vulneración constitucional es eso. Y mucho más.

Este gobierno sin freno democrático cuenta ya con ese marco legal que segará vidas. Era sencillo. La actual mayoría parlamentaria defiende abiertamente la cultura de la muerte y la minoría contraria renuncia, también abiertamente, al liderazgo social. Con excepciones, sí. Aunque erráticas y equivocadas. Hoy Vox ha desplegado un ‘la derogaremos’. Asume que algún día gobernará, supongo. En ese caso, quizá lo incluya junto al decreto de manos libres en la gestión de fondos que puede que lleguen de Europa.

Para el confirmado líder de la oposición, hoy era prioritario defender en Murcia la ‘contramoción’ de carteras, que ha podido volar lo que queda de Vox si Sánchez viola una vez más un postulado y asume lo que llaman pin parental, en vigor y con acierto desde hace año en comunidades autónomas gobernadas por el PP. 

La unificación del centro-derecha desde el centro-centro es, en realidad, acoger con promesa de cargo a todos los que huyen sabiendo que lo pierden. No han entendido nada. Sí ha entendido la derecha extrema que ahora no le conviene la unificación. Las encuestas aún premian la tensión. Y a muchos les conviene como horizonte. Allí donde legalmente no habrá vida. Cuando España sea un mar muerto. 

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